Por medio de la creación de vestidos, también estamos modelando nuestros cuerpos.
Las máquinas y los dispositivos hacen parte de tecnologías más grandes, estas tecnologías modelan la manera en que estamos en el mundo, incluso cómo pensamos y sentimos. Cuando nos sentamos frente a la máquina de coser o al computador, las imágenes de nuestra cabeza, la forma en que creamos y nuestro propio cuerpo entran en una disposición específica para cada máquina.
Querer darle una imagen, darle un aspecto, una forma o incluso darle un cuerpo a algo, es una preocupación por cuerpos/objetos, que al igual que cuando se hace vestido, nos lleva a usar ciertas tecnologías, que podemos usar dócilmente o no.

Cuando se trata del cuerpo humano, nos encontramos casos increíbles de creación. Una existencia trans puede llegar a darse un cuerpo y corporalidad diferente a través de la forma e imagen, a través del vestido.

Le pueden llamar expresar, representar o crear. Pero para que esta creación se de, hay que pasar por una construcción, después de querer vestir, hacer aparecer, cubrir, transformar; tenemos que buscar partes, rastros, datos. A continuación, hay que depurarlos y finalmente unir todo. Las costuras para unir son tan variadas como los modos de fusión en el fotomontage digital o los tornillos y el pegante para unir piezas de madera.
Una de las maneras de entender la relación de la costura y lo digital, es en la construcción de nuestros avatares y perfiles de redes. Una especie de vestido que siempre nos construimos.